domingo, 15 de mayo de 2016

Recientemente uno de mis contactos, compartió en facebook una foto en donde supuestamente AMLO niega darle la mano a un venderor ambulante. Lo que me llamó la atención fue que prácticamente nadie "peló" dicha publicación. Me explico: para tratarse de de un personaje tan polémico, dicho "suceso", había pasado desapercibido. Me dí a la tarea de buscar en la web la veracidad de la información y para mi sorpresa la foto correspondía a un evento registrado en 2012, el cual resultó ser falso. No me sorprendió que fuera falso, lo que me sorprendió fue lo antiguo de la publicación.
 Es perféctamente democráctico no estar de acuerdo con las ideas y procederes de un político. Es válido señalar sus faltas y errores, es constructivo establecer discusiones enfocadas a enriquecer la pluralidad de ideas, pero, publicar desinformadamente sólamente nos convierte en carne de cañón de una guerra sucia que no hace mas que enrarecer el ambiente electoral e incrementar el descontento social, con el riesgo de convertirse en un estallido social.
 La receta es bien conocida: el gobierno pone las balas y el pueblo los mártires.